miércoles, 18 de marzo de 2020

UNIVERSITARIO VS. COMBINADO DE TRUJILLO (1946)

 

NOTA DE REDACCIÓN: Días después de proclamarse bicampeón de la primera división del fútbol peruano, Universitario afrontó un encuentro amistoso en la ciudad de Trujillo ante un combinado local. Lo resaltante de este partido fue el uniforme (camisa color verde y pantalón blanco) que lució el cuadro estudiantil debido a un "olvido" de los tradicionales uniformes cremas en el avión que los trajo desde Lima.


A raíz de la derrota de un seleccionado trujillano por parte de los "Diablos Rojos" de Chiclín el 12 de Octubre, día de la inauguración del Estadio de Mansiche, oí de boca de un aficionado del lugar que un infalible medio de información para aquel que por circunstancia no ha podido asistir a presenciar un encuentro en el que actúa un representativo local, es levantando la vista  hacia lo alto. Según ellos, cuando Trujillo pierde, el primero en sentirlo es su propio orbe que en señal de protesta adquiere una tonalidad roja encendida, como quien enrojece de vergüenza y rabia. Queriendo comprobar aquel fenómeno, alzé también la vista y pude observar que un fondo rojizo pronunciado cubría su azul y límpido cielo que se mantuvo así hasta que las primeras sombras de su noche transparente y apacible tendieron su manto estrellado y brillante brindando paz, tranquilidad y olvido.

Sin embargo no sé por qué se me hizo que al día siguiente con ocasión del match del Seleccionado A contra Universitario de Deportes no se produjo aquel fenómeno celestial. Pues si bien contribuyó y justificó lo del "rojo encendido" del cielo trujillano cuando quienes defienden el prestigio del lugar no saben comportarse a la altura del honor que se les confiere; en cambio cuando se pone empeño, amor propio, esfuerzo personal y cariño, es indudable que el Cielo tiene que ser más tolerante.

No en vano se dice que quien pierde y se entrega pierde por partida doble, pues no sólo va en ello el resultado del encuentro, sino también pierde ante el concepto general de los que han depositado su confianza y cifrado sus más caras expectativas. Pero cuando el temple de lucha se mantiene inalterable a los embates, cuando se oponen a las mejores condiciones del rival un temple varonil y espíritu elogiable; aún cayendo derrotado se hace luchando con honor y hasta la última gota. Así cayó Trujillo ante Universitario de Deportes.

Como tarde internacional de Lima pero a lo chico, así se ofrecía ante mis ojos, el cómodo y moderno Estadio Mansiche. La tribuna de primera a reventar, la de segunda desbordante, apretujada y asoleada; la de tercera (constituida por camiones situados convenientemente fuera del Estadio, por supuesto, y que soportaban el peso de aquellos que para espectar la tarde magna por sobre la pared hacían verdaderos milagros de equilibrio en punta de pies. Y por si fuera poco, la inevitable legión de "zampones", estrategas de la oportunidad y del descuido, últimos en llegar y sin embargo los mejor ubicados a ras del verde grass. 

Por el lado Norte hizo su ingreso a la cancha un team vistiendo camisas verdes y pantalón blanco. Mientras iban avanzando hacia el centro del field recién se pudo discernir las figuras conocidas de los jugadores universitarios. Un olvido en el momento de descender del avión dejando la maleta en la cabina, había motivado la necesidad de comprar un juego de uniformes en la localidad. Puede que ello influyera en parte en el rendimiento de los "cremas" como si la garra y corazón se hubieran quedado dentro del uniforme con la "U" en un círculo. Felizmente una llamada telefónica a Lima hecha con toda oportunidad, permitió que para la segunda etapa pudieran presentarse ya los verdaderos "ues" con "crema" y todo, garra y corazón.

Vemos a Pablo Pasache, con camisa verde y pantalón blanco, como capitán de la U en aquella tarde en Trujillo.

Luciendo camisa azul y pantalón blanco salió al field poco después el Combinado trujillano, constituido por jugadores del lugar y de Chiclín; y como es lógico presumir, su presencia puso el termómetro de la expectativa a punto de explotar. El señor López Torres, designado árbitro, llamó a los capitanes al centro de la cancha y luego de las formalidades de rigor con "play de honor" y todo a cargo del Presidente del Comité de Deportes, señor Alejandro Carrillo Rocha, los once formaron de la siguiente manera:

TRUJILLO: - Montero - Aguilar y Carranza - Córdova, Larios y Lobatón II - López, Ugarte, Benavides, rivera y Cabanillas. En la segunda etapa Sánchez reemplazó a Montero y Lobatón I a Carranza.

UNIVERSITARIO: - Ormeño - Da Silva y Luna - Huapaya, Pasache y Arias - Lolín, Castro R. LOLO, Espinoza y Torres.

A los 5 minutos J. Castro ocupó el puesto de R. Castro que abandonó por lesión, Quiñones reemplazó a Luna y García a su vez a J. Castro.

En la segunda etapa entró Stolzembach de half izquierdo, Huapaya pasó de half centro saliendo Pasache.

Los encuentros entre equipos de la Capital y de provincia tienen casi siempre una fisonomía propia e inconfundible, invariable y semejante. Los muchachos provincianos lucen como principal característica una voluntad de oro, un deseo de quedar bien y un afán de no dejarse llevar por delante. Sus ansias de triunfo los convierte en elementos sumamente impulsivos que desde el primer momento cifran sus esperanzas en abatir sorpresivamente la ciudadela enemiga como si el adelantar en el score fuera algo de vital importancia.

Esas mismas características lució el "once" trujillano y como río de creciente puso sus miras en la meta de Ormeño buscando con vehemencia aunque con desorden llegar hasta su valla. En dos oportunidades se encontraron en ventaja con tantos convertidos por Rivera y Cabanillas y cuando la "U" se situó en plan de ganancia, con ardor, reciedumbre y pujanza tentaron de modificar el marcador. Un tiro libre desde la línea de halves "crema" ejecutado con singular potencia y dirección por Benavides les dio la última satisfacción en cuanto a score se refiere, pues finalizaron a sólo un tanto del flamante campeón de la A.N.A., lo que fue para ellos motivo de justa satisfacción. 

Sus mejores figuras fueron, a mi juicio, Lobatón I, back de fuerte rechazo y buena ubicación, Larios en la media y "Cohete" Ugarte en la delantera. Universitario jugó con el compás variado. A ratos brioso, incisivo y penetrante. En otras oportunidades, en cambio estuvo menos atemperado y codicioso.

El LOLO que querían ver por esos pagos se dejó apreciar no sólo en los dos preciosos goles que conquistara sino por su magnífico servicio y concepción de las jugadas. Huapaya dirigiendo la media en la segunda etapa cumplió buena actuación y "Lolín" motivó adjetivos elogiosos. García como interior izquierdo se acopló al conjunto, mientras que en el ala derecha Espinoza estuvo bajo en relación a su reconocida capacidad. La media actuó menos en el segundo período y la defensa integrada por Da Silva y Luna si bien comenzó vacilante e indecisa, fue asentándose cuando la completó Quiñones. Ormeño se durmió en el tercer goal, pero en general su actuación fue aceptable.

Víctor Espinoza, LOLO FERNÁNDEZ y el argentino Ruperto Castro, delanteros de Universitario de Deportes, luciendo el peculiar uniforme en aquella ocasión en Trujillo.


Por: LOP
Revista Sport N° 85
19 de Octubre de 1946


2 comentarios:

  1. Con ocasión de un partido amistoso jugado contra el Sao Paulo de Brasil en 1945, la (U) también jugó, según las crónicas periodísticas y fotografías de la época (incluso da fe de este hecho Julio Ramón Ribeyro quién asistió a dicho partido y lo narra en uno de sus cuentos), con un uniforme verde.

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    1. Así es. El partido que indicas es hasta el momento el primer registro que se tiene que la U utilizó la camiseta de ese color. Saludos.

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