Para el Sudamericano de Lima de 1935 vino Hugo Marini, famoso crítico deportivo argentino que era una especie de Sumo Pontífice del deporte, por la importancia que le daba su condición de Jefe de la sección respectiva del famoso diario "Crítica".
Hugo Marini vio jugar a Lolo Fernández como piloto del ataque nacional en el match contra los uruguayos. Como se sabe ese partido terminó 1 a 0 favorable a los maestros rio-platenses. Y el juicio de Marini sobre Lolo fue lapidario:
- Me habían dicho que iba a ver un centro delantero parecido a Bernabé Ferreyra por la potencia de sus disparos. Y, en cambio, he visto a un hombre que no sabe nada de fútbol y que más juega con los codos que con los pies.
Pero 7 días después, al jugar Perú contra Argentina, Lolo se encargó de responder al suficiente don Hugo. Al minuto de iniciado el partido batió el arco de Bello y desde allí hasta que lo sacaron de la cancha lesionado fue un verdadero huracán desencadenado contra el bastión posterior argentino. Entre Wilson y Scarcella, los dos backs gauchos, lo golpearon a discreción y el guapo Lolo no pudo continuar en la cancha.
Ese Campeonato Sudamericano de 1935 marca la iniciación de la carrera de Lolo Fernández como integrante de los seleccionados peruanos. Desde entonces hasta 1947 concurrió a todos los campeonatos en que participó el Perú. Fue en 1937 a Buenos Aires (antes había sido scorer en Berlín); se clasificó campeón en 1939 en Lima añadiendo a ese lauro el de goleador máximo; fue a Santiago en 1941 y a Montevideo en 1942; concluyendo su campaña con la camiseta albirroja en Guayaquil en 1947.
Ya en esa época Lolo no era solamente "El Cañonero", sino que había adquirido un dominio del juego que lo convertía en un verdadero estratega. Su fama había traspuesto hacía mucho tiempo las fronteras nacionales y era más famoso en Guayaquil que ningún otro jugador extranjero.
Y así fue como en ese país (Ecuador) donde hostilizar a los peruanos era un entretenimiento de todos los días para mucha gente, Lolo recibió uno de los más hermosos homenajes de que se tenga memoria en los Campeonatos Sudamericanos.
Los primeros matchs los había jugado Valeriano López. Este hombre fue expulsado dos veces, ya que su carácter lo hacía responder golpe por golpe. En esas circunstancias se decidió que el próximo partido lo jugaría Lolo. Los periódicos lo anunciaron a grandes titulares. El público esperaba impaciente en que verían en acción al famoso jugador peruano.
Y cuando el equipo nacional salió a la cancha, y Lolo se confundía entre los últimos, guardando su clásica actitud de agachar la cabeza y ajustarse la redecilla que siempre usaba, un clamor se elevó de las tribunas. ¡LOLO! ¡LOLO! gritaba la gente. Y el gran Lolo tuvo que agradecer, emocionado, el hermoso homenaje que le rendían millares de ecuatorianos que habían dejado de lado sus prevenciones contra los peruanos para aplaudir a un jugador de fútbol que por encima de sus aptitudes de goleador había sabido derrochar en todos los campos de América, lecciones permanentes de conducta deportiva, de pundonor y de coraje.
Lolo lloró esa noche en Guayaquil. Guarda desde entonces el recuerdo de ese homenaje como uno de los más hermosos de su larga vida deportiva.
Luego de Guayaquil Lolo no concurrió a ningún otro Campeonato Sudamericano. Pero en el lapso comprendido entre 1935 y 1947, había hecho suficientes cosas como para demostrar que el Juicio de Hugo Marini estaba equivocado.
Jueves 14 de Marzo de 1957.
Idolo de todos los peruanos nadie en el Perú lo superó
ResponderEliminarSiempre en nuestra memoria "Cañonero" La crema siempre estará impregnada en tu ser.
ResponderEliminarIdolo nacional !!!
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